El esquema Ponzi es una operación fraudulenta de inversión que consiste en un proceso en el que las ganancias que obtienen los inversionistas son generadas por el dinero aportado por ellos mismos o por otros nuevos inversores que caen engañados por las promesas de obtener rápidamente, grandes beneficios económicos.
Este esquema lleva a los defraudados a creer que las ganancias provienen de actividades lícitas (ventas de productos milagro o inversiones exitosas), y desconocen que en realidad otros inversores son la fuente de los fondos. Este esquema puede mantener la pantalla de un negocio sumamente sustentable y exitoso siempre que existan nuevos inversores y, a su vez, que pocos o ningún inversionista exija el reembolso total de su capital y sigan creyendo en los activos inexistentes de la compañía.
Por lo general, los esquemas Ponzi requieren una inversión inicial y prometen rendimientos superiores al promedio. Describen su estrategia de ingresos o de inversión mediante argumentos vagos, que son aparentemente muy técnicos o jurídicos. Es común que el operador se aproveche de la falta de conocimiento y pericia de los inversores, o en ocasiones, afirme que utiliza una estrategia de inversión secreta y patentada, todo ello con el fin de evitar proporcionar información sobre el esquema.
Al principio, el operador paga altos rendimientos para atraer a nuevos inversores o convencer a los actuales inversionistas de aportar mayor capital, toda vez que en apariencia es un negocio seguro y exitoso. Y cuyos rendimientos o retorno, se paga del capital aportado por los nuevos participantes, en lugar de cubrirse por las supuestas ganancias genuinas que se obtienen por el negocio.
En ese sentido, los altos rendimientos animan a los inversores a dejar su dinero en el esquema, de modo que el fraude se sigue acrecentando, por su parte el operador simplemente envía declaraciones mostrando cuánto han ganado, lo que mantiene el engaño de que el esquema es una inversión cierta que genera altos rendimientos.
Los operadores también intentan minimizar los retiros de capital de los participantes, ofreciendo nuevos planes de inversión en los que no se puede retirar dinero durante un cierto período de tiempo a cambio de mayores rendimientos.
Los esquemas Ponzi comparten características que se podrían considerar como señales de alerta, las cuales son:
- Retornos de inversión altos con un riesgo mínimo o nulo; cualquier inversión, conlleva un riesgo y a mayor tasa de rendimiento mucho mayor será el mismo, por lo que cualquier oportunidad de inversión alta garantizada, es sospechosa.
- Ganancias demasiado estables; el valor de una inversión tiende a fluctuar con el tiempo, por lo que, las inversiones que producen rentabilidades positivas de forma constante, independientemente de las condiciones generales del mercado, se consideran sospechosas.
- Inversiones sin registro; este esquema por lo regular involucran inversiones que no están registradas ante ninguna autoridad reguladora como es la Comisión Nacional Bancaria y de Valores o la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Este registro es vital para que los inversores tengan acceso a información importante sobre las operaciones, productos, servicios y finanzas de la empresa.
- Asesores sin licencia; a nivel mundial, los profesionales de la inversión y las empresas deben de estar registrados. En el caso de México, los asesores de inversiones y empresas que ofrecen estos servicios deben contar con la Certificación AMIB (Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles) para poder operar productos de inversión.
- Estrategias secretas o complejas; inversiones que no son claras o no dan información completa.
- Problemas con el papeleo; los clientes no pueden revisar la información por escrito de una inversión. Además, los errores e inconsistencias en el estado de cuenta son con frecuencia señales de que los fondos no se están invirtiendo según lo prometido.
- Dificultad para recibir pagos; los Clientes no reciben sus rendimientos o tienen dificultades para retirarlos.
Falta de auditorías confiables; la empresa o las operaciones no son auditadas por alguna de la casa auditora confiable.
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